Bienvenida

"Escritor es quien se gana la vida escribiendo". A mi... solo me gusta escribir, ... necesito escribir. ¿Si me leen? Alguno hay que se aventura. ¿Eres tú uno de ellos?

lunes, 25 de octubre de 2010

El silenci

(Poema número 41)



Calladament,
de puntetes,
el silenci em ve a veure.
És informe pels qui el desconeixen
i pels que sí,
impossible de dibuixar.

Com espai buit sempre a punt
disposat que algú l’ompli.
Com full en blanc, net, prest
a deixar-se tacar per mans maldestres
incapaces de transformar-lo en altre cosa
que no sigui soroll.
Com misteriós encanteri
tancat per bruixots medievals
en etèria bombolla de sabó,
sempre a punt per allunyar-se,
impossible d’agafar
lliscant pel meu aire
eternament.





És calma,
serenor,
bonança;
és pausa,
també repòs,
de vegades... inèrcia,
les que més,
descans.




Com apreciar la música sense silenci?
com assaborir-la desconeixent
la seva absència?

Com apreciar que ets amb mi
si no sóc conscient
que no hi ets?

lunes, 18 de octubre de 2010

Editoriales

Hoy he recibido la respuesta negativa de Seix Barral y, con ella, ya quedan menos, yo creo que apenas queda una editorial por responder a mi propuesta de publicación. Por lo que veo, "BRONCE, SILENCIO Y NIEBLA" va a ser otra de las novelas que, tras intentarlo, pasa a engrosar las existencias de mi cajón. 
Sí, para mí escribir es, más que un placer, una necesidad, pero admito que están consiguiendo desanimarme. Reconozco que, después de un año de documentación, de trabajo intenso, de corrección y de empeño, el goteo continuo de negativas y el desánimo hace mella en mi. 
Ahora mismo me siento incapaz de empezar otro proyecto igual. Supongo que, con el paso del tiempo, esta sensación de ahora no será más que otra cicatriz de la guerra diaria por dar a conocer lo que escribo. Aunque... tardaré, supongo que tardaré en volverme a poner a escribir.
Haceos una simple pregunta: ¿Cuánto hace que un concurso de la talla del Planeta no lo gana un escritor desconocido? La respuesta es fácil, solo los autores que aseguran vendas son candidatos a ganar o a publicar en editoriales conocidas. Los que somos del  montón, incluso de la parte de las migas del montón no tenemos posibilidades. 
Vosotros, los que me leéis, habéis sido testigos del proceso de escritura y publicación ( o no) de una novela; la distancia en el tiempo, el trabajo y la posterior frustración. Que sepáis que somos muchos.



sábado, 16 de octubre de 2010

El Tordera, el meu riu.

(Poema número 40)

Un pentagrama
de temps i d’espai perduts en la història,
(amb un compàs de mesura variable segons el poble)







Això és el meu riu:
música d’originals instants
on els joncs i les canyes
marquen ritme.




























Els meandres enjogassats
recargolen el seu destí
dibuixant en la llera
somnis de volutes de fum
exhalant el seu perfum
de caprici
per entre el verd de ribera.













La primavera exuberant
ens presenta els “alegros”
de Vivaldis impersonals,
mentre, nosaltres,
els mortals, des de la riba,
admirem el dibuix
fet per les notes a la sorra.
Un “pianíssimo” estival
eixuga tota nota
deixant el silenci com a solista
del concert.
Arriba la tardor,
i l’hivern,
i totes alhora,
les notes, ja descansades,
recuperen assenyades
les impossibles tonades
de l’aigua als meus peus.













Concert del meu riu
arran del meu poble,
no deixis que t’enyori!

lunes, 11 de octubre de 2010

Si, el bosque ya huele a otoño


No recuerdo desde cuando, seguramente mucho antes de que yo fuera capaz de recordar.


Las primeras lluvias de otoño nos hacían sonreír: cada gota era la promesa de una posible cosecha de setas.
Llegaban los sábados, apresurados sábados de infancia y, todavía masticando el último bocado, allá nos lanzábamos los cuatro, andando de camino al bosque.
Mi madre calzaba unas botas de agua de media caña; mi padre unas chirucas, eternas chirucas irrompibles olvidadas durante todo el año y recordadas justo antes de salir; mi hermana y yo calzábamos… no recuerdo qué, quizás sonrisas, quizás tiempo compartido después de toda una semana encerrados con los libros, madrugones y luz artificial.
¿Cestos? Dos, uno mi madre y otro mi padre. Mi hermana y yo colaborábamos con el que teníamos más cerca. A mí me gustaba seguir a mi padre porque se metía por los sitios más complicados, sinónimo de aventura, de fantasía, de … sueños. Recuerdo una vez que tanto me compliqué entre los arbustos que tuvo que venir el perro a “salvarme”: me agarré a su cola y me ayudó a salir. Siempre lo celebramos: “Liber” (así se llamaba el perro) el héroe.
Aprendí los nombres de las setas entre la inseguridad de mi madre, siempre dudando, y la seguridad de mi padre, introduciendo cada temporada nuevas especies en el catálogo familiar. Incluso recuerdo sus frases cuando ahora respondo, ilusionado, a las preguntas de mi hijo.
Sí, ha llegado el puente y hemos ido al bosque. Ya no vamos andando, entramos hasta el alma de las sombras con el coche. Entre muchas setas desconocidas enseguida vemos las conocidas por todos: compresas, latas, botellas de plástico…, si te fijas bien, en las entradas cercanas a la carretera se puede ver incluso algún condón.
¿Aún no sé por qué nos hace tan feliz encontrar setas? El gasto de gasolina, el tiempo y los sudores valen más de lo que vale un kilo en el mercado, sin embargo, qué feliz nos hace poderlas recoger en lugar de comprar.
A menudo llego a la conclusión de que cada seta robada a la hojarasca es un guiño a mi infancia, un momento con mis ocho o diez años, un segundo con nuestras llamadas por el bosque, intentando situarnos en el espacio; una suerte, una heroicidad, un abrazo estrecho con la tradición vivida.
Sí, el bosque ya huele a otoño.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Qui dóna el poder al mercat


(Poema número 39)
 




Soroll de mercat,
de llengües que s’entrecreuen,
com les mans,
amb contacte subtil,
lleugerament prudent,
perquè la desconeixença em fa por


i no cal donar facilitats
al món
per conèixer les meves
debilitats.

Un crida el color verd,
mentre altre suposa
que a tothom importa
i interessa
que el vermell és més sofert,
que cal ser alegre
i posar color a la vida.

Mentre tant, el mercat intens continua
desgranant les hores,
com qui deixa passar el seu destí,
davant de casa
i se’l mira seriosament
però de lluny,
sense gosar
agafar-lo de les mans i cridar-li,
(amb crit desesperat)
que ell no és l’amo,
que no pot seguir
decidint
qui, com i què
s’ha de fer.

Agafaré jo les meves brides?