Bienvenida

"Escritor es quien se gana la vida escribiendo". A mi... solo me gusta escribir, ... necesito escribir. ¿Si me leen? Alguno hay que se aventura. ¿Eres tú uno de ellos?

jueves, 26 de agosto de 2010

CONCIERTO EN VIENA

El pasado jueves 19 de agosto asistí a un emocionante concierto en Viena. La orquesta era la Hofburg-Orquester, y el marco la Festsaal del Palacio Imperial. Imposible buscar mejor marco ni mejores intérpretes. 
Uno de esos sueños que recorren tu mente, desde pequeñito, cuando sin saber por qué seguía el ritmo de los valses de Strauss en la Sala Dorada, en pijama y zapatillas, ante el televisor en blanco y negro, el primero de año. Y, mira por donde, consigo a mis cincuenta años hacerlo realidad.
En aquella sala, cerrando los ojos, sentí el pijama, las zapatillas, el sueño y la emoción íntima e inexplicable del sueño cumplido. 
Cuando era escolar hacía los deberes en un cuarto muy especial de la parte trasera de mi casa. La luz entraba con intensidad por la ventana y mi madre cosía los encargos de la modista con detenimiento y dedicación. La costura sobre la falda, sus gafas en la punta de la nariz, y su mirada acariciando mi mente cuando me rascaba la cabeza reflexionando sobre las tareas. Las puntadas se sucedían a ritmo, el mismo con que se movía la punta de mi lápiz resolviendo las cuentas ante su atenta mirada. En la radio sonaba música clásica y ... no hacían falta las palabras. La luz, las tareas, la música y el paso del tiempo bastaban.
Sí, la noche del concierto en Viena pensé mucho en ella y en mi infancia feliz. No me avergüenza admitirlo, muy al contrario, me enorgullece confesar que, ante el aria "O mio bambino caro" de Puccini, sentí una lágrima recorrer lentamente mi mejilla. Era una lágrima de nostalgia, de recuerdo, de sueño compartido y, finalmente, ...resuelto.
Gracias, mamá por regalarme... mis sueños.

martes, 24 de agosto de 2010

Ritme íntim


(Poema número 33)

I al fons, insistent,
la caixa d’una bateria impersonal,
la darrera corda d’un baix subtil,
un peu que, ignorant en notes
i pentagrames buits,
marqués rítmicament la pausa
i l’ànim.


Cada onada és un picar de mans,
cada recargolar de les aigües
és un pas de ball sense assajar,
un cop màgic de dits,
una llunyana batalla entre el silenci
i la més humida de les tonades.



Torno la mirada als blancalls
quan, sense respecte per l’ordre,
esquitxen el paisatge de blanc
aclarint el blau de les aigües;
entre ells,
entre les seves desafinades notes
trobaré la meva música,
trobaré el pentagrama dels meus silencis.


martes, 10 de agosto de 2010

La música de les onades


(poema número 32)
La música... a compàs
del rodolar de les onades:
és la meva mar,
propera i estreta en sentiments,
           la meva Mediterrània.
Insistent,
        perenne,
tossuda;
arrossegant, meticulosa,
els grans de sorra,
com si m’acostés en cada un d’ells,
un record diferent per assaborir.


N’hi ha de petits,
d’insignificants,
sense més protagonisme que un moment
fixat per alguna raó en la memòria;
n’hi ha de més grans,
de valuosos i transcendents,
capaços de marcar-me un tarannà
que em mostri diferent
a com se’m suposa.
N’hi ha de rodolar esquerp i difícil,
n’hi ha de colors estranys,
n’hi ha de formes capricioses
o de volums improvisats;
tots i cada un
amb la seva personal melodia 
 dictant la naturalesa d’un meu racó a la memòria.
Si només deixo que m’arribi
la música de les onades,
si no hi ha d’altres imatges
que condicionin la realitat,
tots alhora,
a cor assajat,
em porten, inconscients,
(però sense volta enrera)
a l’espai reservat pel jo
més nen.

jueves, 5 de agosto de 2010

I descobrir que...


(poema número 31)
 







 
Jo no sé de noms, ni de ciència,
tampoc la història en dóna la mà
davant els dubtes,
(només vull ser rigorós amb mi mateix)
però sí sé de cares,
de mirades,
de somriures,
de posats.
Sí sé de la veritat
que altres ulls expliquen als meus ulls
quan al carrer es miren de fit a fit,
en reflex negre
de coneixença mimada.

martes, 3 de agosto de 2010

La Cultura como herramienta demagógica

Era un enano cuando, entre los libros de la biblioteca familiar, ojeaba inocentemente un pequeño tratado de tauromaquia (extracto del del famoso Cossio) donde aprendí un léxico preciosista. Me gustaba ojear las láminas que nombraban con gracia secular cada toro según sus cuernos: más cerrados, más abiertos, más inhiestos, más sumisos; sus pelajes, sus ojos, su largura o su perfil. Curiosamente, en mi ojeo distraído, siempre me saltaba aquellas páginas  que detallaban el efecto de las banderillas en el cuero del animal, o como, dependiendo de la inclinación del estoque, este afectaba al corazón del astado o a sus pulmones, alargando o abreviando con ello su muerte. Hace unos años asistí a una corrida de toros en la plaza Monumental de Barcelona y no puedo decir, de ningún modo que me dejara indiferente.
Ayer la foto de portada del diario EL PAÍS dejaba bien claro cual era la afición de este país por los toros: cuando más necesitaba la fiesta del apoyo de sus incondicionales, la entrada no llegaba a una pobre tercera parte del aforo.
Pero seguimos con la demagogia a cuestas. "No se debe prohibir" debemos dejar el caso en la libertad del ciudadano que dejará morir o no la fiesta por su presencia o ausencia de los cosos. También se prohibió fumar en los establecimientos públicos, aunque a los fumadores les hiciera muy poca gracia, o se prohibió circular en el asiento de atrás sin cinturón por el peligro que comporta para el viajero su "libertad" de movimientos (aunque haya quien viaja valientemente "libre" del todo).
Incluso he llegado a leer el simpático argumento de que el catalán maltrata por naturaleza a los animales, no hay más que ver como su patrón, San Jordi, siempre se dibuja matando a un dragón, ¿quién vela por los dragones?
Dejémonos de pamplinas y centrémonos en la praxis: los 500 millones de euros que cuesta a nuestro país el mantenimiento de la industria del toro deberían ahora usarse para extender la cultura de verdad, la que forma espíritus, la que esculpe criterios, la que, en definitiva, nos ayuda a crecer.
Para algunos taurófilos que ven peligroso que un "aixeneta" corone valiente un "castell català" le aconsejo que sugiera prohibir de los parques infantiles todos los toboganes de los que ha dependido muchos puntos de sutura (os podría dar  más de un ejemplo).
Mis comentarios, siempre, están escritos sin ánimo de ofender, que para eso ya tenemos al PP.
Os copio un enlace que me han remitido que me parece bastante ilustrativo en la polémica TOROS - CULTURA.
 Como siempre, gracias por leerme.